El Camí des Pintors circular desde Deià

17-set-2023+ ficha- fichaVer trackGalería de fotos Se trata de una ruta clásica que partiendo desde Deià, pasa por Son Coll, Son Mico y Can Prohom, por la Font de ses Mentides, por el collado cerca de Son Bleda, por Bens d’Avall, por la zona de baño de Llucalcari y por Cala Deià.
Dejamos los coches en el parking del Camí des Verger, que es una de las bajadas a Cala Deià y por donde regresaremos. Subimos hacia la carretera principal, Ma-10 y la seguimos en dirección a Sóller hasta llegar al desvío del Camí de Castelló, hoy en día parte del GR221, que tomamos en dirección a Sóller. Al ser parte del recorrido principal de la Serra de Tramuntana, está muy señalizado y no tiene pérdida.
Enseguida pasamos por un tramo asfaltado que acaba pronto para empezar el camino a tramos empedrado y en claro ascenso que nos llevará a pasar por delante de las casas de Son Coll.
Desde aquí empezamos a bajar y al poco encontramos a la izquierda el desvío marcado hacia la fuente. En 1’ llegamos a la Font de ses Mentides, que debe su nombre a las disputas entre Llucalcari y Son Coll por la propiedad de sus aguas. Se cuenta que cada uno de los litigantes decía una mentira mayor que el otro para demostrar la propiedad y posiblemente de ahí le venga el nombre.
Vista la fuente, regresamos al GR221 y seguimos en la misma dirección, ahora en subida. Pasamos el Torrent de sa Casa Nova, y después una subida; pasamos junto a una pequeña balsa y una gran era con vistas al Pi de s’Ensaimada.
Después de la era, el camino inicia una clara bajada hacia Son Mico y Can Prohom, dos posesiones que están juntas y donde podemos degustar algún producto de la tierra. Aprovechamos para merendar en la espaciosa terraza que además tiene buenas vistas sobre el valle de Sóller.
Desde la terraza volvemos unos metros atrás, para retomar el camino que en clara bajada y después de varias lazadas nos dejará en la carretera Ma-10 cerca de Son Bleda. Bajamos unos metros a la izquierda por esta carretera, hasta encontrar enseguida, a la derecha, el desvío hacia el Bens d’Avall; una pequeña carretera asfaltada en clara bajada. Obviaremos la pista que algo más abajo arranca por la derecha hacia la zona de Muleta y seguiremos bajando por el asfalto, hasta que poco antes del restaurante, encontramos un letrero indicando por donde podemos pasar el torrente para seguir nuestro itinerario.
Al otro lado del torrente, bajamos por una pista hormigonada hasta pasar una cadena que cierra el paso a los vehículos y que es la señal de que tenemos cerca, a la izquierda, el sendero por donde tenemos que seguir.
Al principio el camino no está demasiado definido, pero poco a poco se va haciendo más evidente. Tendremos que ir siguiendo las indicaciones y pasar un botador (escalerilla). Pasaremos junto a una casa en ruinas y poco después una caseta igualmente derrumbada, nuevo botador y una bajada por un pequeño roquedal donde hay que ir con cuidado de no resbalar.
A partir de aquí, podemos encontrar más de una opción de camino, pero siempre tenemos que intentar no alejarnos de la costa que será una de nuestras principales referencias. Nuevo botador muy maltrecho en subida y después de pasarlo, más subida todavía, para pasar después una torrentera.
Llegamos a una zona más llana con buenas vistas y una barandilla de madera de protección. Pasamos junto a una antigua canal muy rota y después de una bajada escalonada, nos dirigimos a la costa a una zona habilitada para poder amarrar alguna pequeña barca y es buen sitio para darse un chapuzón, si el tiempo acompaña, se trata de la zona de s’Escar.
Después del pequeño descanso, regresamos al camino y seguimos en la misma dirección, obviando las opciones que por la izquierda y en subida se dirigen a Llucalcari. Así pasamos junto a una casa con una pintoresca puerta con agujeros para ventilación en forma de corazones. Después llegamos a una mesa de piedra circular con banco a su alrededor. De ahí parte un camino en bajada hacia una zona de baño habilitada con una escalera metálica que facilitaba el acceso al agua desde las rocas, pero que un temporal la ha dejado totalmente destrozada.
Subimos de nuevo hasta la mesa de piedra, seguimos el camino en la misma dirección que llevábamos y pasamos algún tramo con barandilla de madera como protección. Pasamos junto a un cuello de cisterna totalmente cegado por las piedras, después el camino se ensancha y bajamos hacia una zona más amplia, que seguimos hacia la izquierda, paralelos al mar, hasta encontrar un camino estrecho entre árboles, que esconde la bajada a la cala. Aquí hay un tramo que hay que prestar especial atención por el mal estado del camino.
Bajamos hasta Cala Deià, tomamos algo fresco en el chiringuito –que suele estar abierto únicamente en verano-  y regresamos a Deià por el camino muy marcado, que va atravesando la carretera de los coches y que nos deja en el mismo parking donde empezamos a caminar.
En esta ocasión la ruta ha sido con el grupo An 4 Pases, guiados excepcionalmente por el amigo César, al que agradezco las facilidades para realizar esta publicación.