
Desde el primer momento fue una de esas personas que te atraen nada más conocerlas, por sus historias sobre pasos y caminos, de cómo hacía las búsquedas, tanto de la información como sobre el terreno, y como no, también por sus chistes picantes que siempre nos arrancaban una sonrisa. Siempre era un auténtico placer compartir ruta con él y así quiero recordarlo siempre, con una sonrisa y sudando la camiseta para enseñarnos caminos nuevos que dejó marcados adecuadamente para que siempre prevalezcan en nuestra memoria.
Desde aquí mi reconocimiento a una gran persona y montañero, que ha sabido dejar huella en la Serra de Tramuntana y en nuestros corazones.
Descanse en paz.