La Ermita de Betlem desde s'Alqueria Vella y el Camí Vell d'Artà

10-ago-2013+ ficha- fichaVer trackGalería de fotos Siguiendo la serie de rutas por la Península de Llevant, hoy visitamos uno de los enclaves más típicos y conocidos, pero por unos caminos poco habituales, al menos, el de regreso. Nunca había estado por este lado de la península, y al igual que en las dos rutas anteriores nos ha guiado nuestro amigo Jaume Tort.
Iniciamos la ruta de hoy en el parking del Parque Natural de la Península de Llevant, junto al centro de información y seguimos las indicaciones del GR222 en dirección a Betlem. A los 3’ dejamos a la derecha la pista hacia el Campament des Soldats y s’Arenalet des Verger y continuamos de frente 1’ más hasta encontrar que la pista queda cerrada por una barrera. Aquí, a la derecha, continúa el camino muy bien señalizado hacia la Ermita de Betlem.
El camino empieza a ascender suavemente y a los 12’ pasamos junto a la ruinas –a la derecha- de las casas de Can Duc.
Continuamos por el camino y dejamos a la derecha un nuevo desvío (6’) y poco más arriba llegamos a la parte alta de esta suave loma (2’), desde la que tenemos las primeras vistas del día sobre la ermita y la bahía de Alcúdia. A partir de aquí el camino desciende suavemente; pasamos un portillo sin barrera (7’) y una fuente algo escondida (3’) y que según mis amigos Emilio Alonso, Llorenç Sastre y Pep Torrens, es la Font de Can Capellà.
Pasamos un nuevo portillo sin barrera, en la pared que delimita los términos del parque natural (6’) y desembocamos en el camino transversal de la ermita a las casas de Betlem (11’). Lo seguimos hacia la izquierda para llegar en 1’ a la Font de s’Ermita. Esta fuente es potable tiene agua todo el año.
Continuamos por la amplia pista para llegar a la ermita en 7’ más.
Después de visitar la ermita, la rodeamos por la izquierda, pasamos un portillo con la barrera metálica abierta que da acceso a un camino, que primero dirección Noroeste y después Oeste, nos conduce hacia una zona de vigilancia de la guerra civil, donde todavía quedan –algo pertrechas- una garita y una caseta (12’ desde la ermita); Sa Coassa. En el interior de la caseta aún quedan restos de los dibujos de los aviones, para que los vigías los pudieran identificar.
Después de disfrutar de las vistas y hacer las fotos de rigor, regresamos a la Font de l’Ermita (19’) y aprovechamos para reponer fuerzas en este idílico rincón.
Justo encima de la canal de desagüe de la fuente, arranca un camino –muy sucio de vegetación al principio- dirección Sureste. Al poco se despeja y se convierte en amplio camino carretero, que dura poco. Se vuelve a estrechar y prestamos atención en seguir en la misma dirección hasta llegar a una curva cerrada de la carretera (6’). Atravesamos el asfalto en la misma dirección para tomar un atajo que nos deja de nuevo en la carretera, cerca de otro atajo algo a la izquierda, que nos vuelve a dejar de nuevo en la carretera. Ahora vamos un poco por el asfalto hacia la izquierda, pasamos por un bajo estrecho y al llegar al hito del km. 7,9 abandonamos la carretera por la derecha (4’ desde la curva cerrada).
Por aquí continúa el viejo camino, también muy tapado por la vegetación, que nos obliga a agudizar los sentidos para poderlo seguir. Así pasamos bajo la Penya de s’Ermità Macari (2’) y algo más arriba junto a un vértice (4’) –a la izquierda-. Poco más arriba veremos en la misma dirección una antena, que nos sirve de referencia para llegar al Replà (4’).
Aquí nos topamos de nuevo con la carretera, que seguimos hacia la izquierda, hasta llegar a la altura del mojón del km. 7. Pocos metros más allá, a la derecha, vemos unos hitos que nos indican el inicio del camino de bajada, al principio poco claro, pero prestando atención a los hitos y las señales de paso, no tenemos ningún problema en poderlo seguir. Se trata del Camí Vell d’Artà a Betlem, que debe ser la continuación del que hemos seguido desde la Font de s’Ermita.
A los 8’ de iniciar la bajada, pasamos junto a una roca que parece un gran escalón ¿s’Escaleta de don Pepe?, que nos ofrece unas magníficas vistas sobre la amplia vaguada por la que descendemos. Al llegar a la parte baja, el camino se torna en pista de tierra y acaba desembocando en una pista hormigonada, tras pasar una barrera conformada por dos oxidados somiers (37’).
Esta pista la seguimos hacia la izquierda, hasta llegar al inicio de una curva a derechas (10’), poco antes de un letrero clavado de un pino de “prohibido buscar setas”.  Aquí, en la rejilla de la izquierda hay un tramo practicable, por el que accedemos a una zona despejada, donde a la izquierda de una higuera, arranca una pista dirección Noreste. Pasamos una barrera de madera (2’) y un amplio y bajo portillo sin barrera (4’). En 1’ más llegamos al inicio de una baja pared de piedra en seco y nuestro camino discurre paralelo a ésta, por su derecha, hasta dejarnos en 24’ largos minutos en el Coll d’en Petro, después de “pelearnos” con las aulagas o argelagas.
Desde el collado, la pista discurre ligeramente hacia el Este y después de unas suaves revueltas pasa por delante de las abandonadas Cases Grans de sa Serra (7’) y acaba desembocando en la carretera Ma3333 (4’), después de pasar una barrera también de dos viejos somieres.
Esta carretera ya la conocemos; es la que hemos seguido en coche por la mañana para llegar hasta el parking del parque natural. Así que no nos queda más que seguirla hacia la izquierda, hasta el kilómetro 4,7 (16’), donde tenemos a la derecha el desvío hacia el centro de información del parque y el aparcamiento donde tenemos el coche, y al que llegamos en 9’ más, dando por concluida la ruta de hoy.