Digo “estupefacto” y “barbaridad” por ser correcto y no dejarme llevar por un primer impulso que me envía a la boca una serie de improperios, que prefiero más guardarme.
Esto viene a cuento del acta incoada por la Consellería de Medi Ambient, de la mano de uno de sus agentes más celosos en el cuidado de la naturaleza y de que nadie la pueda estropear, contra la Editorial Alpina. Razón para ello: que esta editorial publica unos magníficos mapas que ayudan a los amantes de la naturaleza a salir a la Serra y disfrutar de la belleza del entorno, con muchísima más información de la que teníamos antes de la publicación de estos detallados mapas.
Ya se ha dicho en otros medios, por pasiva y por activa, lo mucho que ayudan con su precisión de detalle, a los cuerpos de seguridad, bomberos y equipos de rescate, a la hora de localizar a las personas accidentadas.
No quiero insistir mucho más en la utilidad de éstos, ya que está más que demostrada en los años que se llevan editando y el uso que todos los montañeros le hemos dado y que hemos ido mejorando en las sucesivas ediciones, aportando todos los colaboradores –entre los que tengo el orgullo contarme- nuevas informaciones, para conseguir que sean lo más preciso y actualizados posible.
Ante este atropello de la Consellería, me vienen varias reflexiones a la cabeza y una de ellas es que no imagino a un agente de la “Benemérita” abriendo un expediente a un conductor antes de subirse al coche por la posibilidad de que rebase la velocidad límite. Y digo esto por otra de las últimas actas levantada por un AMA (Agent de Medi Ambient) en el Paraje Natural de s’Albufera, porque alguien ha accedido a un espigón donde nidifican unas aves. Está bien proteger, pero igual hubiera bastado con una invitación a salir de la zona y una explicación del porqué.
Otras de las reflexiones que siempre me he hecho, es que si hay alguna planta endémica, preciosa, que no hay que permitir que se extinga, que se prohíba el total acceso a la zona para que nadie la pueda estropear ni ver; eso sí, los celosos custodios, los AMA’s sí pueden ir a verlas.
¿Y de los buitres? ¿qué me decís de los buitres? Tuve la enorme suerte de realizar un viaje a Extremadura, y como no, aproveché para visitar el parque de Monfragüe, donde sabía que habían buitres...pero sorpresa, no tuve que hacer de furtivo para verlos; extrañamente, habían habilitado unas zonas de parking para poder pararse tranquilamente con el coche y poder verlos desde bastante cerca, tanto a los buitres, como sus nidos. Está claro que los de aquí, los “Voltors” o buitre negro, se asusta fácilmente de los senderistas y montañeros, pero si haces un donativo, no se asusta ni del coche que te acerca a verlos. Y claro está, los buitres leonados traídos a la Serra por una tormenta, se han contagiado por amistad con los Voltors, a ese miedo a los senderistas.
Para mí, está claro que los propietarios de muchas fincas, con muchos recursos económicos y estatus social por encima de la media, se han disfrazado de naturalistas, o colaboran con ellos, para conseguir que sus fincas sean zonas de “reserva natural” para prohibir el paso a los “apestosos excursionistas”.
Desde aquí quiero brindar todo mi apoyo a la Editorial Alpina y a su coordinador Jaume Tort, así como expresar mi intención de seguir colaborando con ellos.
Para terminar inserto una imagen con dos recortes de mapa. Uno de la Cartografía Militar del año 1962 y otro de la Editorial Alpina de la zona Formentor/Pinar del año 2015. Os animo a divertiros comparando la toponimia. La otra imagen es de la carpeta que publicó la Editorial Alpina y que contiene el mapa comparado.
Las cosas estan muy mal y no atenderan a razones.lo cual nos guia a pasar a la accion.ya esta bien de tanta tonteria .politicos corruptos.entre traidores,judas y amen.sobran palabras.todo es cuestion de tiempo para ellos .
Ya verás, amigo Jopela, que esto habrá sido un revulsivo para iniciar acciones, que seguro no tardarán en llegar. Un abrazo